Específicamente, se puede comprender la dramaterpia como la aplicación de una Estructura dramática, con un fin terapéutico. Esta estructura no es otra cosa que la ordenación de los acontecimientos a través de la representación de un conflicto, una trama que ordena los acontecimientos, y personajes que luchan por conseguir sus metas en medio de la tensión que genera este conflicto planteado. A partir de estos elementos, se produce una interacción entre los personajes (actuados por los participantes), que en el desarrollo de la trama, para resolver el conflicto, deben ir transformándose.
Se considera una terapia alternativa o complemento a las terapias llamadas “conversacionales”, partiendo del supuesto de que, mejorando la creatividad y la capacidad expresiva del consultante, se permite la expresión y simbolización de emociones y experiencias, logrando así el cambio terapéutico necesario.
Otro principio importante de la dramaterapia es el focalizarse en los aspectos saludables de los consultantes, desarrollando alternativas a los conflictos, fomentando la intuición, la imaginación, el desarrollo de habilidades sociales y de comunicación, potenciando así el desarrollo personal.